El mundo del arte de Karabaj, tal como su población sedentaria y seminómada, históricamente se formaba y desenvolvía en el contexto de la cultura general azerbaiyana, en la base de la cultura étnica turca.
Eso queda evidenciado por los diferentes aspectos de la artesanía que evoluciona sobre la base étnica cultural albano-turca. También se refleja en el uso de las herramientas empleadas, el proceso de producción y en el empleo de productos ya terminados con terminología turca y árabe-pérsica asimilada por los azerbaiyanos en la edad media.
Entre las particularidades de la producción artesanal de Karabaj cabe mencionar el desarrollo y amplia difusión de distintos tipos regionales de artesanía vinculados con la vida seminómada. Tales como: tejido de tela (producción de paño), tejido de alfombras y la cría de gusanos de seda, fabricación de tejidos de seda, tejidos de lana (pañostapetes), tejido de pañuelos de la cabeza, fieltros, calzado, zamarras y sacones de abrigo, tocados de la cabeza, curtido del cueros, artículos de talabartería y herrería, preparación de herraduras y etc.
Karabaj sobresale entre otras regiones históricas de Azerbaiyán por su fascinante naturaleza y la variedad de riqueza de sus recursos naturales. Representa uno de los centros más evolucionados de artesanía de Azerbaiyán, donde artesanos alcanzaron el más alto nivel artístico.
La tierra de Karabaj fue poblado desde la antigüedad y es una de las zonas de mayor importancia del planeta, corroborándose por el hallazgo de los restos del hombre prehistórico Neandertal en la cueva de Azij. De este modo, el suelo azerbaiyano pertenece a los lugares del mundo donde se conservaron los testimonios más espectaculares de la humanidad.
Al mismo tiempo la cueva de Azij, es una prueba de la existencia continua de población en país y en Karabaj, desde épocas muy remotas.
También es una prueba del constante progreso cultural y evolución social de muchas y sucesivas generaciones del suelo azerbaiyano.
Merecen resaltarse la gran importancia para los ulteriores procesos de evolución las diversas riquezas naturales, incluyendo los ricos yacimientos de metales, que ocuparon un lugar importante en el desarrollo del país y de sus habitantes. El historiador albano del siglo VIII, Moisés Kalankatuiski en su obra “Historia de Albania” enumerando las riquezas naturales del país, del cual formaba parte también Nagorno-Karabaj, destaca entre otros yacimientos oro, plata y ocre. (Moisés Kalankatuiski – “Historia de Albania”, Libro I, cap. IV).
Sobre la base de esta rica naturaleza, en Karabaj nacieron y se desarrollaron diversos tipos de artesanía, entre ellos la joyería. Uno de los centros más importantes y reconocidos de joyería de Azerbaiyán la ciudad de Shushá, la fama de la cual era conocida no solo en Cáucaso, sino también afuero de ello.
El florecimiento la joyería en Shushá es directa y orgánicamente vinculado con la demanda de la capa de aristocracia azerbaiyana-turca de la sociedad en la adquisición de diversos adornos y elegantes vestidos nacionales. Las familias aristocráticas de la ciudad, eran los principales compradores y usuarios de la joyería de oro y plata, hecha por los orfebres de Shushá. Para ricas familias azerbaiyanas de Karabaj que vivían en Shushá y llevaban un alto nivel de vida, se especialmente se exigían distintos adornos de oro, plata y piedras preciosas.
Es importante destacar, que los artículos de joyería eran demandados no solo por los niveles sociales más pudientes. En el pasado distintos adornos eran habituales en los trajes nacionales como un elemento complementario. El distinguido etnógrafo azerbaiyano Rashid-bey Eféndiev decía metafóricamente que los trajes nacionales azerbaiyanos tenían la naturaleza de ser adornados con joyas de distinta variedad en oro, perlas y corales. En cambio en la vestimenta europea, con excepción de los cinturones no se veía bien otros ornatos. (Archivo del Instituto de manuscritos de la Academia Nacional de Ciencias de Azerbaiyán. Q-2 (19), inv. Nro. 8160, pág. 62).
En contraposición con Europa, en la mentalidad de los azerbaiyanos en aquella época, no se imaginaban las mujeres sin adornos. Según las tradiciones de épocas pasadas, no se podía dar a una chica en matrimonio o traer a la casa de su novio sin adornos de joyas. Llama la atención que en la región de Karabaj, esa tradición era una norma ética que se respetaba y cumplía sin excepciones. Todos esos factores fundamentan las razones de la aparición en la tierra de Karabaj de un centro regional de la joyería artesanal tan famosa y exclusivamente importante como Shushá.
A diferencia de otros centros de joyería, en esa ciudad, junto con preparación de artículos de oro, era muy desarrollado el sector de preparación de adornos de plata y piedras preciosas. Por eso en Shushá junto con numerosos orfebres, lograron fama también artesanos que hacían los artículos de plata y piedras preciosas. En una fuente digna de crédito de los años 30 del siglo XIX, se menciona que en aquel tiempo en Shushá había 12 artesanos solo plateros (Panorama de propiedades rusas en Cáucaso del Sur, volumen IV, San Petersburgo, 1836, pág. 315). 70 años después se menciona que en Shushá existe 20 talleres de joyería donde 56 artesanos. (Trabajos del I Congreso de los maestros de la producción artesanal del Cáucaso. Tiflis. 1902, pág. 60).
Según la información de uno de los últimos y más antiguos representantes de la joyería artesanal de Shushá, el maestro Jahangir Aliev, hasta la actualidad son recordados con admiración los prominentes maestros de la joyería artesanal de Azerbaiyán que trabajaban en Shushá a fines del siglo XIX y comienzos del XX, incluyendo los zargars (joyeros) como Rustám, Beibud, Ismail, Mujtar, Seidali, y el toamachy – (maestría de filiación) Alish.
La fama de los joyeros de Shushá llegó a ser tan grande, que sus obras eran solicitadas por todos los habitantes de Azerbaiyán. Un rol importante en eso tuvo también el hecho de que la capital de Karabaj, era uno de los centros artesanales y comerciales más importantes en el itinerario de caravanas locales e internacionales. Esa es la razón por la cual hasta comienzos del Siglo XX, Shushá seguía siendo un foco preponderante de la joyería artesanal.
Entre una de las particularidades locales de la joyería de Shushá cabe mencionar fabricación de artículos adorados y estampados – “rangkarlyg” (tintorería). Por lo tanto, a la mayoría de los adornos los pulían. Otra de las peculiaridades de la joyería de Shushá, era la limitada producción de artesanías baratas de plata. Por eso entre los maestros orfebres de Shushá se aplicaba muy poco la técnica de oscurecimiento de los artículos de plata y tampoco en esos productos se estampaba la profesión del artesano – “joyero” u “platero”, sino que grababan las palabras “maestro en doradura”, “esmaltador” y etc.
El gran poeta de Azerbaiyán del siglo XVIII, Vagif, quién fue el principal Vazir (segunda persona) del Ducado de Karabaj, en muchas de sus obras elogia las joyas femeninas de adorno usadas por las mujeres en Shushá.
Gran fama y demanda tenían por su belleza los artículos elaborados en oro y plata, que abarcaba una notable variedad de artesanías, incluyendo gran diversidad de aretes, anillos, pulseras, collares, hebillas de cinturón, botones, galones, horquillas y ganchos. Los joyeros de Shushá y sus productos forman una parte inseparable de la tradición artística azerbaiyana. Ellos componen nuestra herencia cultural imperecedera, distinguiéndose por sus características y coloridos regionales.
Inspirados en las mejores tradiciones de la joyería artesanal azerbaiyana, los orfebres de Shushá la desarrollaron y realizaron una valiosa contribución, creando obras maestras de arte, que aún se conservan como modelos a seguir.
El prominente experto en joyas Zglenitski V.K, quien trabajó durante muchos años en Azerbaiyán en la Oficina de contraste, a fines del siglo XIX y principios del siglo XX, refiriéndose a los artistas azerbaiyanos escribió: “Estos orfebres, semianalfabetos, auténticamente dominan los secretos de su profesión y han superado a sus colegas europeos en forma evidente. Los adornos producidos por ellos, deleitan y despiertan admiración de la gente por su finesa, sus diseños, ornamentación y decoración artística. Estos maestros no disponen de la diversidad de herramientas y elementos de trabajo que se utilizan en Europa para la realización masiva de productos en serie de joyería. Los artículos producidos por estos ellos, son producto de trabajo que requiere una enorme paciencia y manos hábiles. (Trabajo del I Congreso de artesanos, pág. 60-62)”.
Se han preservado muchas alabanzas referidas al valor del inimitable arte de los joyeros de Azerbaiyán y de Shushá en particular. También se han conservado una gran cantidad de artículos artesanales y joyas elaborados por ellos, que se encuentran en la utilización y también en diversas colecciones que se mantienen en distintos museos.
Arif MUSTAFÁEV
Doctor y profesor en ciencias históricas, professor
Revista “İrs-Herencia”, No 3, 2014, p.30-32